Podría yo compararte
a la musa de Shakespeare,
y a la Dulcinea del Toboso,
¡o tal vez
a un amor riesgoso!
¡Pero tú eres tú!
Mi amor y mi compañera.
La que mi corazón anhela
de día y de noche...
Como si, por tu ausencia,
de aquí saliera
un reproche.
¡Ah, es insoportable
esta ciencia!
Amar y ser correspondido,
con fuego y con todos los sentidos
y sentir que si tú no estás,
yo también estoy perdido.
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