terça-feira, 31 de janeiro de 2017

"Lisboa, 5 de Diciembre de 1577

Una luminosidad corta la oscuridad profunda de mi ciudad y dibuja un sable de color de fuego en la inmensidad del cielo. Desde mi ventana lo veo e intento plasmarlo en la superficie áspera del papel. La mecha de la vela sigue ardiendo a mi lado, su luz se refleja en el vacío de la habitación. Allá bajo, la ciudad se pierde en un entramado de calles y callejuelas por las cuales camino desde el día bendito en que mi padre adoptivo, Fray Luis de Ataíde, me llevaba de la mano y con religioso gusto me señalaba la serie de iglesias y capillas que, desde siempre, han brotado en el accidentado suelo de Lisboa, como hongos que se acogen a la humedad de una roca. La verdad es que la llegada de un astro de color de fuego, que por la noche rompía la negritud del cielo lisboeta, estimulaba aún más la prédica de catástrofes inevitables que, según los profetas de la desgracia, estarían prestas a caer, cual brutal hecatombe."

Sem comentários:

Enviar um comentário

Como um sonho numa noite de verão

Como um sonho numa noite de verão De janelas abertas e cortinas brancas Por onde passa uma fresca e doce brisa Assim és tu com o teu s...