Silencio, mi compás en el tiempo,
Abandoné la hoja donde escribía...
Y por eso le pido perdón al viento.
¿Tristeza? Tal vez, no estoy seguro,
Pero nostalgia es lo que sentía.
La escritura redime y me hace despertar,
Y me recuerda que siempre es necesario amar.
En estas líneas, antes desordenadas,
Donde la belleza parecía escondida,
Surge una pasión inesperada,
Como una plegaria, dulce y florida.
Sí, estoy cansado, mas no triste,
Porque todo esto existe y persiste.
En estos versos que así surgen,
Cándidos y con la pureza de una virgen.
RS
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