segunda-feira, 11 de fevereiro de 2019

PÁGINAS PERDIDAS: ESCRIBIR ES UN ACTO DE PODER



ESCRIBIR ES UN ACTO DE PODER





Hace unos meses escribí un poema, de esas cosas tontas que uno a veces escribe sin saber bien el porqué y por qué carrizo uno coge el bolígrafo para escribir, y entonces empecé con esta pregunta: "¿Por qué escribes?"


¿Por qué escribes?
Me preguntaron el otro día
Y para serte sincero, contesté
que ni siquiera yo sabía.
Tal vez sea esta vieja manía
de confesar lo inconfesable a alguien
como a esta hoja de papel
donde plasmo corazón, fuerza y piel.

Te amo, te amo y te amo de verdad,
Y esta última línea parece un desacierto
que irrumpe así en este poema
causando una disonancia
y quebrando la constancia
de quien escribe bonitos sonetos.

Y yo escribo porque sí, y escribo porque no
y la verdad es que todo esto es pasión
aquí en estas líneas confesada,
con este poema demente,
escrito al romper de la alborada

De hecho, después de haber medianamente revisado lo escrito, lo traduje al portugués. Tengo una obsesión por escribir en un idioma y luego traducirlo al otro. Es una especie de relación bígama, pero no adúltera, ésta que mantengo yo con ambas lenguas. Pero debo confesar que siento que le soy infiel a alguno de los dos cuando no puedo traducir al español o al portugués la carga semántica del poema, el sentido de las rimas, la musicalidad y aquello que yo llamo de "el alma del poema", el cual es un fenómeno que amerita una reflexión a parte de esta. 
Pero volvamos a lo que estaba expresando en estas líneas antes de divagar por esos asuntos que ahora no me corresponde hablar. Escribir creo yo: es el mayor acto de poder posible que podrá tener el ser humano sin cualquier vínculo a la religión, a la política o al mundo material-económico. Para escribir basta un papel y un bolígrafo y todas las ganas del mundo de gritar por medio de palabras y oraciones que, tras haber sido registradas, se convierten en un registro que gana vida por sí mismo. Un poema, un cuento, una novela o una crónica son solamente fragmentos del ser humano que salen hacia fuera y se convierten en parte del universo; y eso es lo maravilloso de la escritura. 
Escribir da poder al que escribe. Desde los tiempos bíblicos los profetas del Antiguo Israel conocían el poder de los registros, los cuales, a su vez, poseían la capacidad de alejar o acercar el hombre a Dios. Esto es tan verdad que la religión o el poder de las religiones, o los dogmas, como deseen, se sustentan en gran parte en la escritura. Por eso, lo que diga la "escritura" es válido, y fuera de ella todo se vuelve sacrilegio, se vuelve pecado. Yo mismo me rijo por las escrituras, las considero "sagradas" y aquellas palabras proferidas y escritas hace algunos milenios todavía resuenan en mi mente al punto de indicarme qué tipo de vida o conducta es la que agrada a Dios y cuál no. Estoy conforme con ello, no me quejo. Refiero esto como un ejemplo. Y debo decir que voy más allá: la escritura es más fuerte que la tradición oral aunque muchas sociedades aún sigan cautivas por leyendas y cuentos que pasan de generación en generación. Estos mismos grupos humanos no han tenido tiempo para progresar hacia la creación de un sistema de escritura. 
No sé si es una casualidad que las sociedades poseedoras de escritura son aquellas que lograron subyugar a las culturas sin ella. 
Con la escritura, los hombres y las mujeres han logrado organizar la sociedad, y crean jerarquías que a su vez permitieron la conformación de las élites gobernantes, permitiendo también que el poder político terminara por regir la vida en sociedad. Luego vino el aspecto económico. En fin, la escritura parece haberlo arreglado todo. 
Por eso, en mi opinión, la escritura es poder, quien escribe es copartícipe de ese poder y al perfeccionar la escritura, pareciera controlar su vida y la de los demás.
Amo escribir, creo que si no escribiera moriría de sed y de hambre porque la visualización de las palabras organizadas en oraciones son una arquitectura perfecta para los esquemas de mi pensamiento.



RS



Caracas, 11 de febrero de 2019

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